Entusiasmo es una fuerza que desarrollamos internamente, algo que surge dentro de nosotros. Es la energía que nos mueve hacia nuestros objetivos, lo que nos estimula en nuestras acciones para conseguir lo que queremos.

Así pues, podemos describir el entusiasmo como el inmenso placer de hacer o desarrollar algo. Es la capacidad de trabajar con placer y determinación, es sentirse feliz.

En primer lugar, trata de identificar cómo te sientes con respecto a tu proceso de adelgazamiento ¿es motivación o entusiasmo?

Una persona motivada necesita una fuerza externa que le motive a hacer algo. ¿Te has fijado alguna vez cómo te sientes cuando recibes ese ascenso que tanto tiempo llevabas esperando? ¿O cómo te sientes cuando pierdes el peso que querías perder? Reflexiona sobre cómo te sientes cuando empiezas a hacer un curso que tanto deseabas, te emocionas, te alegras.

Pero cuando una persona se siente entusiasmada disfruta del camino para alcanzar su objetivo, lo hace aunque tenga obstáculos, retos y dificultades. Por lo tanto, el entusiasmo es como un "estado de ánimo" optimista.

Sin embargo, la falta de entusiasmo es similar a la tristeza, la insatisfacción, la desmotivación, la falta de interés. En otras palabras, cuando hacemos algo por obligación. A menudo lo hacemos porque tenemos que hacerlo, y esto acaba haciéndolo todo más pesado.

¿Qué hacer para recuperar el entusiasmo?

El entusiasmo sólo viene de ti, es algo interno. Puedes sentirte entusiasmado por algo y que otra persona no tenga el mismo sentimiento.

Este es el caso de algunos deportistas, muchas veces el desánimo es tan grande que se les quitan las ganas de entrenar o competir. Sin embargo, para mantener la motivación es necesario sentir entusiasmo. Pero, el problema es que esto no siempre sucede, en muchos casos se renuncia a muchas cosas para llegar a la meta y por lo tanto no siempre se mantiene ese entusiasmo.

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Motivación

La motivación es la razón de la acción, se refiere al objetivo final, al resultado. Lo que nos lleva a actuar es el deseo de alcanzar un fin o una situación determinados.

Reflexiona: ¿Cuál es tu motivación en tu trabajo actual? El sueldo, los beneficios, la oportunidad de demostrar tus conocimientos, etc. Cuanto mayor sea tu entusiasmo, más motivado estarás.

La mayoría de los seres humanos tienen tendencia a ser optimistas cuando proyectan el futuro. Este sentimiento se denomina entusiasmo. Esta forma de ver las cosas de manera más positiva puede garantizar una vida más sana durante más tiempo.

Pero por muy desagradable que parezca la realidad, ser entusiasta genera buenas expectativas. Esta actitud ofrece beneficios no sólo para la salud, ya que el entusiasta se vuelve más valiente, capaz de asumir riesgos y así avanzar.

La importancia del entusiasmo en nuestras vidas

El entusiasmo funciona como un resorte propulsor, es la fuerza que te mueve, que te hace dedicarte con el máximo empeño a las actividades que realizas.

Lo haces porque te gusta y no porque lo necesites o te obliguen.

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Consejos para mantener el entusiasmo

Mejorar el estado de ánimo

Puede parecer una tontería, pero las investigaciones demuestran que los episodios de mal humor pueden ser perjudiciales para la salud.

Cansancio en las relaciones, peleas y discusiones innecesarias, sensación de enfado, lo que provoca estrés y, a menudo, agotamiento emocional.

Céntrate en lo que haces

La concentración y el compromiso son fundamentales para quien busca una vida entusiasta. Como cree que todo es posible, el entusiasta actúa con concentración y determinación en lo que se le ha delegado o en lo que se propone. Por eso, lo hace todo con cuidado, atención y encuentra placer en cada paso.

Evitar reclamaciones

Quejarse sin actuar no servirá de nada. ¿Cómo vas a vivir con más entusiasmo si siempre te estás quejando? Por eso, cambia la queja por la acción y refleja siempre el lado bueno de las cosas.

Cambiar el foco del desánimo

El desánimo suele provenir de algún hecho o conjunto de acontecimientos que afectan a nuestra motivación. Por ejemplo, salirse de la dieta, abusar de algún alimento... Así que la solución es cambiar el foco de atención hacia otros puntos. Es sencillo, pero funciona. La mente se distrae temporalmente y consigues deshacerte de la negatividad.

Pero es importante recalcar que cambiar el enfoque no es una solución permanente, sino que estás cambiando la atención y sacando el desánimo de la superficie de la mente.

Insiste, persiste y no te rindas

Persistir es realizar la misma tarea, pero de formas diferentes, buscando caminos alternativos, como el río que rodea sus obstáculos y continúa. Persistir es permitirse aprender, buscando cosas nuevas.

La persistencia se basa en buscar soluciones innovadoras para conseguir lo que se quiere, de forma más eficaz. La persistencia es tener un ideal en mente, aunque las cosas sean difíciles, y seguir luchando por él de forma creativa y resistente. Sin tener la sensación de llevar el mundo a cuestas, como suele ocurrir con la insistencia.

Confía en ti mismo y en tus capacidades

A las personas que no reconocen sus habilidades y capacidades les resulta muy difícil creer que algo puede salir bien, porque se sienten incapaces de conseguir nada.

Así que, refuerza lo mejor de ti, más que ser siempre el mejor es preferir dar lo mejor de ti en cada situación, sin acusaciones ni juicios. Por eso, acostúmbrate a anotar siempre tres cosas que salieron bien en tu día, desde las tareas más sencillas, como haber conseguido planchar ese montón de ropa. Intenta ver el lado positivo de las cosas y de las personas.

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